No corras. Ves rápido.

La velocidad no trata de correr sino de pensar y anticiparse.

No corras. Ves rápido.
No corras. Ves rápido.

¿Te has encontrado alguna vez llegando tarde a algún lugar y corriendo más de la cuenta mientras desayunas, conduces o caminas? Supongo que es natural que, cuando nos vemos presionados por el tiempo, tendemos a acelerar para no llegar tarde. El problema es que, a menudo, estas prisas nos hacen correr riesgos innecesarios y, encima, no nos permiten planificar adecuadamente. Recuerdo un cliente que reaccionó al crecimiento del comercio online invirtiendo muchos recursos y esfuerzos a preparar una página web, posicionarla correctamente y entrar en Amazon. No fue hasta un tiempo (y dinero gastado) después, que se dio cuenta de que su negocio tenía un componente de contacto personal que no se podía resolver a través de internet y que, de hecho, confundió a los clientes y empezó a perder ventas, mientras internet no las compensaba.

El tenis, por ejemplo, trata (entre otras) de velocidad y, por tanto, de golpear la pelota de forma que ésta adquiera una velocidad que la haga más difícil para el rival, ¿verdad? Fíjate que no he mencionado golpearla fuerte, sino rápida. ¿No es lo mismo?

La velocidad, como nos enseñaron, se calcula dividiendo espacio por tiempo y, esto, hace que pensemos, a menudo, en términos del tiempo que tardamos en desplazarnos de un lugar a otro, sin plantearnos si podemos actuar sobre el lugar de salida o el de llegada. Jugando al tenis, mi entrenador me dijo hace unos años que una manera de aumentar la velocidad de la pelota es simplemente dando un paso adelante y colocándola lejos del rival. Es decir, si calculamos la velocidad teniendo en cuenta el tiempo que tarda la pelota desde el momento que sale de la raqueta del rival hasta que la vuelve a golpear, no se trata sólo de golpearla muy fuerte sino de aumentar dos las variables, basándonos en:

  • Anticipación. Hacer el paso adelante, aunque reduce un poco el espacio, nos permite reducir el también el tiempo en que la pelota circula.
  • Colocación. Desplazar el rival lejos de donde ha golpeado por primera vez aumenta el espacio.

Por tanto, si tu rival hace un revés desde el fondo, que tú devuelves desde dentro de la pista, hacia su derecha corta, la distancia (debida a la colocación) que deberá recorrer será muy larga, y el tiempo que tendrá para llegar (debido a la anticipación) será muy corto. Y, esto, aumenta la velocidad del golpe y las posibilidades de ganar.

Como en el ejemplo de la empresa que corrió para vender por internet, a menudo queremos correr para ir rápido, y esto lleva a errores (debidos a la falta de colocación) y cansancio (debido al exceso de esfuerzo). La velocidad, en cambio, está en saber qué queremos hacer y dónde queremos ir (colocación), para después reducir el tiempo en la toma de decisiones y el paso a la acción (anticipación).

Pensando en tu empresa, pregúntate, ¿sabes cuál será tu propio golpe y donde lo quieres colocar? ¿Estás listo para golpear cuando llegue el momento?

© Oriol López Villena 2019

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Oriol López Villena

Oriol López Villena asesora a los empresarios para desarrollar estrategias de crecimiento para sus negocios y convertirse en socios estratégicos de sus clientes, añadiendo, vendiendo y entregando más valor, de modo que se conviertan en clientes de por vida.

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