Clientes que ya no nacen
Si eres de los que dice que no encuentra gente, no estás solo o, mejor dicho, empiezas a estarlo.
La demografía mundial está cambiando drásticamente, y las empresas que no lo tengan en cuenta quedarán fuera de juego. Hoy ya hay más de treinta países donde muere más gente de la que nace, y tanto China como casi toda Europa forman parte de este club, con pocas excepciones como Francia o Suiza. El caso de Corea del Sur es especialmente simbólico, ya que se prevé que su población se reduzca a la mitad antes de que acabe el siglo.
“Seremos menos, y además, más viejos”, me decía hace unos días un cliente.
“¿Y qué vas a hacer al respecto?”, le pregunté.
La realidad que tenemos delante nos obliga, como empresarios, a repensar cómo producimos, a quién vendemos y cómo lideramos, en un mundo donde los humanos vamos a la baja, y la complejidad al alza.
Los movimientos migratorios que han alimentado el crecimiento poblacional en muchos países desarrollados no resuelven el problema de fondo. Porque, una vez establecidos en Europa, los inmigrantes adoptan los mismos patrones de natalidad que nosotros. Esto nos sitúa en un escenario cada vez más multicultural, más envejecido y más digital, donde deberemos ajustar nuestro liderazgo en tres ámbitos clave para el crecimiento:
Nuestros clientes: serán más diversos culturalmente, de mayor edad media y más digitales. Esto cambiará los canales de relación, los formatos de producto y la forma en que generamos confianza. Por ejemplo, un centro médico que antes se dirigía a madres de treinta años, ahora deberá hablar también con abuelas de setenta que cuidan de sus nietos, con padres de origen diverso, o incluso con robots que actúan en nombre de pacientes que han perdido la capacidad de comunicarse.
Nuestros equipos: viviremos empresas multigeneracionales, donde tanto valor podrá aportar un joven de veinte como una mujer de sesenta y cinco. Ya no se trata de adaptarse a los millennials, sino de integrar generaciones distintas con formas de trabajar y expectativas diferentes. El aumento progresivo de la edad de jubilación solo reforzará esta realidad, pero herramientas como el teletrabajo o la Inteligencia Artificial pueden ser la clave de un cambio más profundo.
Nuestro propósito: en un entorno que cambia tan rápido, la definición del “por qué” es más importante que nunca. Si fabricas carritos para guarderías, tu mercado está limitado. Pero si lo que realmente dominas es la movilidad eficiente de cargas ligeras, tu propósito puede tener recorrido en logística, sanidad o incluso robótica colaborativa. Recuerda que Dyson no se define por fabricar aspiradoras, sino por dominar la tecnología del movimiento del aire.
El mundo cambia, y la demografía lo deja claro cuando, al pasear por la calle, vemos más mascotas que niños. Como empresarios, nuestro deber no es solo adaptarnos a estos cambios, sino liderarlos desde el valor… sin perdre els valors.
Tu 1%
Puede que al leer este artículo pienses que esto no va contigo o con tu sector. Pero te animo a detectar esos cambios que, como la demografía, avanzan en silencio, pero de forma imparable.
© Oriol López 2025