Cuando crecer te empobrece

Hay empresas que crecen hasta perderse: progresar es otra cosa.

Cuando crecer te empobrece
Foto de Oriol López

El lunes asistí a la presentación del libro Crecer o progresar, de Modest Guinjoan. El título ya es toda una declaración de intenciones: no todo crecimiento es progreso.

El libro habla del modelo económico del país, que interpreta el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) como sinónimo de bienestar, en lugar de fijarse en el PIB por habitante, una medida más real de progreso y de mejora en la calidad de vida de las personas.

Esa obsesión por el PIB me recordó a lo que ocurre en muchas empresas con la facturación, convertida en una especie de premio a la autoestima: si crece, parece que todo va bien. Pero después faltan recursos para invertir en innovación, pagar buenos salarios o aumentar el valor de la empresa para la familia.

La buena noticia es que la conversación está cambiando. Cada vez más empresas familiares entienden el crecimiento como la consecuencia de un propósito, y no como su objetivo. Son esas familias que comienzan diciéndote que no quieren crecer porque eso sólo trae más problemas, o que no quieren que sus herederos reciban este negocio… No parece un buen comienzo, pero en realidad es el primer paso para entender que el crecimiento no siempre es progreso.

Por ejemplo, aumentar la facturación sin mejorar la rentabilidad es como inflar un globo con un agujero: hace ruido, pero no se eleva. Lo que realmente diferencia a una empresa que crece de una que progresa es la calidad de lo que hace, el valor que aporta y la mejora que genera en su entorno (familia, equipo, clientes…).

De hecho, en mi libro de 2019 Crece y prospera explicaba que los padres no deseamos que nuestros hijos sean altos y gordos cuando crezcan, sino que siempre asociamos el crecimiento a valores como la felicidad, la generosidad, la amabilidad o la libertad.

La distinción es clave: no se trata de crecer más, sino de crecer mejor, con más productividad, más conocimiento y más propósito.

Tu 1 %

Revisa tus indicadores de crecimiento y pregúntate si realmente reflejan progreso. No te quedes con la facturación o el número de clientes: añade un indicador de calidad, como el margen, el tiempo libre, la satisfacción del equipo o el valor patrimonial para tu familia, y toma una sola decisión orientada a mejorarlo. No se trata de crecer más, sino de progresar.

© Oriol López 2025

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Oriol López Villena

Oriol López Villena asesora a los empresarios para desarrollar estrategias de crecimiento para sus negocios y convertirse en socios estratégicos de sus clientes, añadiendo, vendiendo y entregando más valor, de modo que se conviertan en clientes de por vida.

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