El empresario de 100 años
Cuando la experiencia es el mejor activo de la empresa.
Leí hace años que, en los años sesenta, un hombre se lanzó al agua, vestido de pies a cabeza, para salvar a dos niños de siete años. Aún empapado, un periodista lo entrevistó y el hombre le dijo lo siguiente:
"Sí, tengo sesenta y cinco años. ¿Y qué? Cualquiera que supiera nadar habría hecho lo mismo para salvar a esos críos, pero quizás yo haya hecho algo más importante. Tal vez la gente debería empezar a entender que tener más de sesenta no significa estar acabado. Sigues siendo útil, eres productivo, y la jubilación no debería ser una imposición."
Me acordé de ello al visitar una empresa centenaria donde conviven tres generaciones al mismo tiempo: la del gerente y propietario actual, la del padre, de casi 90 años, que sigue trabajando como ingeniero de la maquinaria, y la del sobrino del gerente, que está aprendiendo el oficio.
Hablamos mucho del talento sénior, pero en pocos lugares lo he visto tan bien aprovechado como en esa empresa. ¿Será este el secreto de la longevidad, no sólo personal, sino también empresarial?
Cada vez veremos más casos así. La revista Foreign Affairs explicaba hace unos meses que "la despoblación trastocará los ritmos sociales y económicos que hasta ahora nos han sido familiares. Las sociedades deberán ajustar sus expectativas a una realidad en la que habrá menos trabajadores, ahorradores, contribuyentes, inquilinos, compradores de vivienda, emprendedores, innovadores, inventores y, en última instancia, consumidores y votantes. El envejecimiento generalizado de la población y el descenso sostenido de la natalidad afectarán el crecimiento económico y pondrán en crisis los sistemas de bienestar social en los países ricos, amenazando su futuro y su prosperidad. Sin cambios profundos en los sistemas de incentivos, en los patrones de consumo y de ingresos a lo largo de la vida, y en las políticas gubernamentales de fiscalidad y gasto social, nos encontraremos con plantillas cada vez más reducidas, menor ahorro e inversión, un gasto social insostenible y déficits presupuestarios que marcarán el futuro de las economías desarrolladas."
¿Estamos preparados para afrontar este gran reto demográfico? Sí, durante algunos años una política migratoria inteligente podrá mitigar el impacto en nuestras empresas, pero la realidad es que hoy en día ya encontramos escasez de mano de obra cualificada en muchos sectores y que esta cada vez se mueve más dentro de Europa. Por eso, tendremos que ver qué pasa con las personas mayores que no quieren jubilarse y que todavía pueden aportar mucho valor a las empresas.
Llevamos años escuchando a gurús de todo tipo decir que debemos adaptar nuestras empresas a las nuevas generaciones, pero no hemos prestado atención al hecho de que estas son cada vez menos numerosas, y que nuestras empresas serán ecosistemas donde convivirán y aportarán valor generaciones muy distintas. Por ello, habrá que estar atentos a aspectos como:
- El ritmo de introducción de las nuevas tecnologías.
- Los temas y tipos de formación en los equipos.
- El aprovechamiento del trabajo en remoto para personas de movilidad reducida.
- El fomento de la colaboración en equipos multigeneracionales.
- La apertura de nuevos mercados y oportunidades de negocio.
- El papel de la Inteligencia Artificial en este contexto.
- La preparación de una sucesión sin retirada.
Seguro que hay más, y me encantará que las compartas respondiendo a este artículo o enviándome un email a oriol@oriolopez.com.
Tu 1%
Cada vez hay menos niños y vivimos más años. Esto es algo innegable, y como empresarios debemos saber adaptarnos si queremos no solo sobrevivir al futuro, sino salir fortalecidos. ¿Qué tienes pensado al respecto?
© Oriol López 2025