Soltar para crecer

La lección del bosque del Montseny a nuestras empresas.

Soltar para crecer
Foto de Oriol López Villena

Llevamos unos años viendo morir pinos en el Montseny, pero no ha sido hasta este último episodio de sequía que algunos no habíamos prestado atención a los claros que estos dejan en el bosque, y que han sido sustituidos por otras especies como robles y encinas. ¿A qué se debe esto? ¿Debemos preocuparnos?

La respuesta es no. Hasta mediados del siglo XX, los bosques que ahora vemos en muchas partes del Montseny eran tierras de cultivo, para las cuales se habían talado los bosques anteriores. Una vez abandonadas las tierras, los bosques comienzan a nacer y crecer de nuevo, primero con matorrales y arbustos, después con pinares y, finalmente, con lo que sería el bosque original de la zona, compuesto de especies mucho más resistentes, como robles y encinas.

¿Y qué tiene que ver esto con mi empresa, Oriol?

En la empresa, a menudo vemos el crecimiento como acumulativo. Es decir, construimos cosas nuevas sobre las viejas, porque partimos de la falsa idea de que más siempre es mejor. Sin embargo, si analizáramos cualquier negocio que haya crecido, y siga haciéndolo, de manera ordenada, veríamos un patrón claro, que podríamos resumir con la siguiente frase de Marshal Goldsmith: "lo que nos ha llevado donde estamos no nos llevará donde queremos estar."

Y es aquí donde la naturaleza nos ofrece una valiosa lección sobre la evolución y la adaptación que podemos aplicar a nuestros negocios. Tomemos como ejemplo el fascinante proceso de regeneración de los bosques del Montseny.

Los claros que dejan los pinos que han muerto con la sequía parecen preocupantes, pero son nuevas oportunidades para el crecimiento, ya que son sustituidos por árboles más resistentes, que garantizan un bosque más sostenible y duradero.

Este proceso natural nos enseña una lección crucial para las empresas: a veces, para crecer de manera sostenible, debemos soltar ciertos elementos que ya no sirven a nuestro propósito principal.

Concretamente, hay cinco elementos que hay que ir renovando cuando crecemos:

  1. Clientes. Así como el bosque deja morir a los pinos para dar paso a especies más resistentes, tú también debes soltar a clientes que drenan recursos y energía, para concentraros en aquellos con quienes mantenéis relaciones más productivas y alineadas con la visión de la empresa.
  2. Personas. Esto no necesariamente significa despedir, pero sí entender que no todo el mundo debe tener las mismas responsabilidades en todas las etapas de una empresa en crecimiento. Identifica (y promueve o contrata) a aquellas personas que, como las encinas y los robles, están más preparadas para el nuevo entorno, y ayuda, forma o despide a aquellas personas que no lo están.
  3. Oferta. 3M tiene como objetivo estratégico que el 25% de su facturación provenga cada año de nuevos productos. De esta manera, se aseguran de que sus productos no dejen de estar adaptados a las nuevas necesidades y mercados. Sé duro: los productos o servicios que ya no satisfacen las necesidades del mercado deben ceder su lugar a innovaciones más relevantes y prometedoras.
  4. Procesos. Así como los robledales y encinares son más eficientes cuando el bosque ya es maduro, en la empresa los procesos deben cambiar y mejorar cuando crecemos, eliminando procedimientos obsoletos, simplificando flujos de trabajo e implementando nuevas tecnologías para mejorar la eficiencia y la escalabilidad.
  5. Mirada. El bosque cambia de fisonomía y, como excursionista, descubres nuevas vistas y caminos que quedaban escondidos. Del mismo modo, el empresario debe cambiar la mentalidad y la perspectiva con la que dirige la empresa, cuando esta crece, definiendo y alineando nuevos objetivos personales, familiares y empresariales, así como desarrollando nuevas habilidades de liderazgo para una visión más amplia y estratégica.

En conclusión, tal y como nos enseñan los bosques del Montseny, crecer sin intención es ir contranatura, ya que no permite adaptarse al futuro de una manera sostenible y duradera en el tiempo. Por eso, debemos entender los cambios en los clientes, los productos o las personas, entre otros, no como una desgracia, sino como una llamada a la acción, que lleve a nuestra empresa a una estrategia de crecimiento y renovación consciente, que nos posicione mejor para el futuro.

Y en tu empresa, ¿cuándo fue la última vez que analizasteis proactivamente estos cinco elementos del crecimiento consciente y proactivo?

© Oriol López 2024

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Oriol López Villena

Oriol López Villena asesora a los empresarios para desarrollar estrategias de crecimiento para sus negocios y convertirse en socios estratégicos de sus clientes, añadiendo, vendiendo y entregando más valor, de modo que se conviertan en clientes de por vida.

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