¿Están menos comprometidos los jóvenes?
Flexibilidad o fracaso: el reto de gestionar las nuevas generaciones.
En los últimos días, dos empresas me han hecho la misma pregunta sobre el personal: "Oriol, ¿soy el único que cree que las nuevas generaciones no están comprometidas y que parece que no quieran trabajar?"
Hablamos de dos clientes míos, uno de ellos un fabricante de maquinaria que se quejaba de la cantidad de bajas por enfermedad en fábrica, y la otra un comercio que no encuentra ningún empleado que quiera convertirse en encargado de la tienda a pesar de la mejora de las condiciones.
A ver, yo lo digo de mis hijos, mi padre lo decía de mí, como seguro que mi abuelo lo decía de mi padre. Y así podríamos seguir atrás. Sin embargo, la realidad es que cada generación se mueve con criterios diferentes, a los que tratamos de adaptarnos como empresas, pidiendo que las personas también se adapten a nosotros.
No deja de ser un ejercicio de flexibilidad.
Después de más de 25 años trabajando con empresas familiares de todo tipo de sectores, la única diferencia que he visto en el compromiso de las nuevas generaciones respecto a las viejas son las expectativas.
Mientras la expectativa de nuestros abuelos era la supervivencia a corto plazo y el patrimonio a largo plazo, la de nuestros hijos es la felicidad, por lo que en lugar de aceptar una profesión como inevitable, eligen su camino basándose en aspectos como el famoso "sigue tu pasión", que es un error y un acierto a partes iguales.
Esto provoca un cambio de paradigma en lo que debemos esperar de los trabajadores y de lo que ellos deben esperar de las empresas, porque ni el trabajador puede pretender que el trabajo que le ofreces cumpla sus expectativas a corto plazo, ni el empresa debe engañarse pensando que tendrá un trabajador de por vida.
Como decía antes, y no me canso de repetir a mis clientes: ¡es la flexibilidad!
Por ejemplo, con el comercio dividimos las funciones del encargado en dos personas y creamos un proceso de toma de decisiones para hacerles responsables a ambos. Así aprovechamos las virtudes de cada una de ellas, manteniendo las condiciones que ya tenían. Y, en cuanto al fabricante, flexibilizamos los permisos retribuidos para no necesitar una baja para ciertos males, además de realizar una revisión médica extra a todo el que quiso. Reducimos la rotación en un 50%
Al final creo que es una cuestión de aceptar la realidad y las consecuencias de cada una de estas decisiones, ya sean de rotación del personal o de trabajos más "libres" (y precarios, a menudo) como los que genera la llamada 'gig economy'.
Dice Reid Hoffman, fundador de LinkedIn, que durante la próxima década veremos cómo la mitad de la población norteamericana será autónoma. Y esto sí es un cambio de paradigma que es necesario empezar a integrar en las empresas, flexibilizando aspectos como el modelo de negocio, el organigrama o la estructura accionarial, para acomodar y aprovechar el talento que nos viene.
Tu 1%
¿Qué aspectos de tu negocio podrían salir beneficiados si los hiciéramos más flexibles? ¿Qué pequeña acción podrías empezar hoy por ser más flexible? ¿Cómo podrías adaptarte mejor a las expectativas de tu equipo?
© Oriol López 2024