El liderazgo maduro de Federer

Domina tu mercado como un campeón del tenis domina la pista.

El liderazgo maduro de Federer
Foto de Oriol López Villena

Mi hijo mayor ha llegado a esa edad donde jugando contra él sólo puedo competirle a través de la cabeza, ya que física y técnicamente es mejor que yo. Sin embargo, esto ya es mucho, ya que madurar como tenista es, como dijo Federer, cuestión de elegir bien el golpe a hacer. Cuando eres joven, y más si eres un jugador de ataque como el suizo, "tiendes a querer golpear demasiado agresivo demasiado temprano, en lugar de esperar al momento adecuado o ir al 90% en lugar de al 100%." Esto te lleva a algunas ganancias inmediatas, que pueden resultar atractivas, pero no a ganar de forma sistemática. Y aquí es donde todavía puedo competir con mi hijo.

Con los años he aprendido que, como Federer, la madurez tenística está en pensar mejor qué funciona mejor con qué jugador y en qué superficie. Es difícil de explicar, pero principalmente trata de sabiduría, que es la combinación del conocimiento, la observación y la paciencia.

Esto me ha hecho reflexionar sobre cómo funciona el liderazgo en las empresas familiares. Como en el tenis, en el mundo empresarial existe también un momento en el que la nueva generación empieza a destacar en ciertos aspectos, a menudo relacionados con más formación, innovación y adaptación a las nuevas tendencias del mercado.

Sin embargo, esto no es suficiente para ganar sistemáticamente, ya que es necesaria la sabiduría que aporta madurar empresarialmente, como lo hacemos tenísticamente. Se trata, por ejemplo, de saber cuándo debemos ser agresivos persiguiendo una oportunidad, y cuándo hay que ser paciente, dejándola pasar para abrazar una mejor en el momento adecuado.

Esto, en la empresa familiar se traduce en cinco factores a tener en cuenta a la hora de tomar las mejores decisiones:

  1. Mirada larga. Como en el tenis, no se trata sólo de tener buenas ideas, sino de saber cuándo y cómo implementarlas. Es necesario, pues, aprovechar la energía y la innovación que aporta la juventud con la mirada a largo plazo que toda empresa familiar debe tener.
  2. Conocimiento del entorno. Así como un tenista sabe las diferencias entre jugar en tierra batida, hierba o green-set, un empresario entiende las sutilezas del mercado y del sector, aprovechando la información que genera la empresa para tomar decisiones que lo ayuden a navegar en tiempos inciertos.
  3. Gestión de recursos. Saber cuándo ir al 90% y cuándo al 100% es crucial en una pyme, donde los recursos son limitados. La experiencia nos ayuda a optimizar el uso de estos recursos sin agotarlos innecesariamente en objetivos inalcanzables. Lo que Federer llama "Too big too soon."
  4. Flexibilidad estratégica. Ya me has oído decir muchas veces que la planificación estratégica murió hace mucho, y por eso es necesario crear una cultura de atención consciente a diferentes "jugadores" (clientes, proveedores, competidores...) y entornos (mercados, productos, tendencias...) que marque la diferencia.
  5. Crecimiento consciente. El crecimiento no es sólo empresarial, sino también personal. Roger Federer vio cómo al inicio de su carrera sufría más de lo que debería y maduró ganando paciencia. Nosotros debemos abrirnos a nuevas ideas, así como aprender de errores y aciertos. La sabiduría empresarial no es estática, sino que evoluciona con cada decisión.

En resumen, el crecimiento consciente y maduro de una empresa familiar no depende de la competencia entre generaciones o visiones, sino de la capacidad de cultivar y aplicar la sabiduría empresarial. Esta sabiduría se nutre de la experiencia acumulada pero también de la disposición a aprender y adaptarse constantemente.

Como dijo Miles Kington, un humorista británico, "conocimiento es saber que un tomate es una fruta, y sabiduría es saber que no se pone en una macedonia."

Roger Federer aprendió a lo largo de su carrera que el éxito sostenido no viene sólo del talento innato o de la energía que le pongas, sino de la madurez para tomar decisiones inteligentes en cada momento. En la empresa familiar, esto se traduce en saber cuándo innovar agresivamente y cuándo ser pacientes, cuándo apostar fuerte por una oportunidad y cuándo esperar el momento adecuado.

Como en un buen partido de tenis, el éxito a largo plazo depende de nuestra capacidad para leer el juego, adaptarnos a las circunstancias cambiantes y, sobre todo, madurar constantemente en nuestra forma de liderar y gestionar la empresa.

Tu 1%

Tómate 10 minutos ahora mismo para reflexionar sobre una decisión reciente. ¿Fuiste demasiado agresivo o demasiado paciente? ¿Cómo podrías ajustarlo la próxima vez para obtener un mejor resultado?

© Oriol López 2024

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Oriol López Villena

Oriol López Villena asesora a los empresarios para desarrollar estrategias de crecimiento para sus negocios y convertirse en socios estratégicos de sus clientes, añadiendo, vendiendo y entregando más valor, de modo que se conviertan en clientes de por vida.

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